Estamos ante una serie de concepto clásico y evidente, pero ¡qué bien contada, interpretada y dirigida! Reese Witherspoon y Kerry Washington comandan un reparto extraordinario, con un guión ideal para su lucimiento. La ficción presenta mucha más hondura y complejidad de la que en principio es previsible. Los dramas personales se hacen universales y esa hipocresía de la alta sociedad, que tanto juego da en el arte, vuelve a resultar interesante. Me gusta su intensidad y su afilada manera de diseccionar sentimientos y valores. Al final la vida es eso, pequeños fuegos por todas partes.