Dignidad

Los más destacados agoreros de este país se frotarán hoy las manos, se creerán todavía mejores, el Ministro de Justicia dimitió ayer, en un acto que culmina su buen hacer y habla claramente de su dignidad, no sólo política, sino personal.
Mariano Fernández Bermejo siempre fue acusado de sectario y, curiosamente, una cuestión muy alejada de ese supuesto, precipita su dimisión. Un poco antes de la misma, fue Patxi López el que dijo "a ningún socialista nos gusta la cacería de Bermejo". Como casi siempre, Patxi tenía razón, a mí tampoco me gusta, es un inoportunísimo error.
Las dimisiones son tan infrecuentes en España que, a veces, ni periodistas ni políticos, saben como actuar. La oposición se queda sin el argumento principal de su defensa y con el problema de base que, en estos momentos, les ocupa. No tienen muy buena pinta, la verdad.
Pero, en cambio, habrá quien piense que el PP ha ganado una batalla, como esos agoreros de los que hablaba al principio. Desde mi punto de vista, eso es incomprensible. Creo firmemente en los políticos que asumen sus errores y el ya ex-Ministro lo ha hecho y, además, creo que ha supuesto para él un relativo alivio. Eso debería suponer un punto a favor del PSOE, espero que la sociedad española, cada vez más madura democráticamente hablando, sepa apreciarlo.
Como ya he dicho en este blog, odio que se diga que todos los políticos son iguales, me parece pueril. Ayer, un hombre demostró que tenía dignidad, y eso, hoy en día, no está al alcance de todos.

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