Votos y mentiras
Ayer mismo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, acorralada por el tema del espionaje, pronunció esta frase: "El espionaje político es seña de identidad del PSOE". ¿Se puede tener menos vergüenza? ¿Se puede ser más caradura? Difícilmente.
En el día de hoy se han sucedido varias noticias que relacionan corrupción y PP, algo que suele ser habitual en campañas y precampañas. En el intento de equilibrar la balanza suelen acusar a algún cargo del PSOE del mismo delito, será por aquello de "cree el ladrón...".
En nuestro país ningún partido político se libra de corruptos en sus filas, pero es evidente que, en esto, como en tantas otras cosas, no somos iguales.
Se da la situación de que, en localidades gobernadas por un alcalde (o un equipo de gobierno) del PP con clarísimos indicios de delito en su haber, los resultados electorales son iguales o mejores que antes de que los electores los conocieran (en el cargo). Pueden ocurrir dos cosas, o bien que los votantes de derechas no le den importancia a esas minucias, o bien que hacer ostentación del delito es fructífero. No logro saber cuál de las opciones le hace más daño a nuestro sistema democrático.
La izquierda, que de por sí, tiene un voto crítico, no perdona esas cosas y las castiga en las urnas, como debe ser. Mientras tanto, tenemos que ver como nos roban y se ríen de nosotros deliberadamente.
Así va esto, delincuentes ocupando cargos públicos y legitimados por hordas de votantes que deben querer parecerse a esos curiosos ídolos.
En el día de hoy se han sucedido varias noticias que relacionan corrupción y PP, algo que suele ser habitual en campañas y precampañas. En el intento de equilibrar la balanza suelen acusar a algún cargo del PSOE del mismo delito, será por aquello de "cree el ladrón...".
En nuestro país ningún partido político se libra de corruptos en sus filas, pero es evidente que, en esto, como en tantas otras cosas, no somos iguales.
Se da la situación de que, en localidades gobernadas por un alcalde (o un equipo de gobierno) del PP con clarísimos indicios de delito en su haber, los resultados electorales son iguales o mejores que antes de que los electores los conocieran (en el cargo). Pueden ocurrir dos cosas, o bien que los votantes de derechas no le den importancia a esas minucias, o bien que hacer ostentación del delito es fructífero. No logro saber cuál de las opciones le hace más daño a nuestro sistema democrático.
La izquierda, que de por sí, tiene un voto crítico, no perdona esas cosas y las castiga en las urnas, como debe ser. Mientras tanto, tenemos que ver como nos roban y se ríen de nosotros deliberadamente.
Así va esto, delincuentes ocupando cargos públicos y legitimados por hordas de votantes que deben querer parecerse a esos curiosos ídolos.
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