Nuevos ministros
Por fin Zapatero ha remodelado su gobierno (y digo por fin porque creo que era algo que debía hacer y que quizá, en mi humilde opinión, ha demorado en exceso) y, con algún reparo e inesperadamente, me ha gustado. Creo que buscaba caras conocidas por el gran público y eso está conseguido. Puede que en estos momentos duros sea la hora de recobrar la confianza en la política y en los políticos, ha apostado fuerte por ellos y es probable que la sociedad capte ese mensaje. Por otro lado hay caras nuevas, frescas, y que pueden tener sus adeptos.
Comenzaré con lo que me agrada menos, y es Ángeles González-Sinde. En condiciones normales me atraería la idea de una cineasta de ministra, pero no es el caso, no me gusta su habitual discurso y menos aún su cruzada contra las redes de intercambio de archivos en Internet (pero ese es un tema para tratar aparte). De todas maneras, tiene retos que afrontar y le deseo lo mejor.
Del resto, me quedo con la llegada de Chaves, que ha de ser el encargado de conseguir el equilibrio y la continuidad de este gobierno, puede acabar siendo la clave.
Elena Salgado ejercerá con dureza y frialdad, parece lo más apropiado tal y como sopla el viento. Su peso específico será enorme.
Trinidad Jiménez siempre me ha gustado, siento que los políticos también puede ser como ella, me alegro de su llegada al Gobierno.
Ángel Gabilondo era de esperar, su gran experiencia le avala, aunque seguro que sus relaciones familiares serán utilizadas por la prensa más conservadora de este país.
Y José Blanco, la mano que ha movido tantos hilos vuelve al Gobierno para cerrar el círculo que conformará este Ejecutivo de gran carga política y, además, en un Ministerio que está llamado a ser un pilar de la sociedad de tiempos de escasez.
Quizá hoy se hayan puesto las primeras piedras para otra victoria socialista.
Comenzaré con lo que me agrada menos, y es Ángeles González-Sinde. En condiciones normales me atraería la idea de una cineasta de ministra, pero no es el caso, no me gusta su habitual discurso y menos aún su cruzada contra las redes de intercambio de archivos en Internet (pero ese es un tema para tratar aparte). De todas maneras, tiene retos que afrontar y le deseo lo mejor.
Del resto, me quedo con la llegada de Chaves, que ha de ser el encargado de conseguir el equilibrio y la continuidad de este gobierno, puede acabar siendo la clave.
Elena Salgado ejercerá con dureza y frialdad, parece lo más apropiado tal y como sopla el viento. Su peso específico será enorme.
Trinidad Jiménez siempre me ha gustado, siento que los políticos también puede ser como ella, me alegro de su llegada al Gobierno.
Ángel Gabilondo era de esperar, su gran experiencia le avala, aunque seguro que sus relaciones familiares serán utilizadas por la prensa más conservadora de este país.
Y José Blanco, la mano que ha movido tantos hilos vuelve al Gobierno para cerrar el círculo que conformará este Ejecutivo de gran carga política y, además, en un Ministerio que está llamado a ser un pilar de la sociedad de tiempos de escasez.
Quizá hoy se hayan puesto las primeras piedras para otra victoria socialista.
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