Distintas claridades
Hubo un tiempo en mi vida, esa etapa maravillosa (vista desde ahora, no desde entonces) en la que se pasa de niño a adulto, en la que no podía entender que la gente que me rodeaba no pensara igual que yo. Creía que todo el mundo entendía que un disco de The Beatles era mejor que uno de un artista cualquiera (por no ofender a nadie) y que en la derecha política había muchos más ladrones. Pues ni era así ni lo es ahora. El tiempo te enseña verdades muy crueles.
He dejado de ser tan inocente, pero me sigo sorprendiendo al ver ciertas cosas. Puedo pensar que una acción es tremendamente reprobable y otros la llevan a cabo y se vanaglorian de ello.
No hablo de distintas maneras de pensar o de diferentes conceptos de vida, hablo de ética o, más bien, de ausencia de ella.
Ayer, aunque el tema era más profundo, Manolo Saco ironizaba en su blog acerca de una supuesta hija suya que un día decidía afiliarse a Nuevas Generaciones del PP. Yo también me preguntaría qué hice mal.
Hay muchas cosas del ideario político de ese partido, y de otros, que no comparto, pero es que hay otras que me desagradan profundamente. Pero eso no es nada comparado con la forma de llevarlo a la práctica.
Yo disfruto muchísimo en una discusión de trasfondo político cuando hay buenos argumentos de por medio, pero me empiezo a enfadar cuando se justifican robos, muertes o desigualdades. De todo eso rebosan la Iglesia Católica, el PP y sus medios afines.
Y nunca pensaré como ellos.
He dejado de ser tan inocente, pero me sigo sorprendiendo al ver ciertas cosas. Puedo pensar que una acción es tremendamente reprobable y otros la llevan a cabo y se vanaglorian de ello.
No hablo de distintas maneras de pensar o de diferentes conceptos de vida, hablo de ética o, más bien, de ausencia de ella.
Ayer, aunque el tema era más profundo, Manolo Saco ironizaba en su blog acerca de una supuesta hija suya que un día decidía afiliarse a Nuevas Generaciones del PP. Yo también me preguntaría qué hice mal.
Hay muchas cosas del ideario político de ese partido, y de otros, que no comparto, pero es que hay otras que me desagradan profundamente. Pero eso no es nada comparado con la forma de llevarlo a la práctica.
Yo disfruto muchísimo en una discusión de trasfondo político cuando hay buenos argumentos de por medio, pero me empiezo a enfadar cuando se justifican robos, muertes o desigualdades. De todo eso rebosan la Iglesia Católica, el PP y sus medios afines.
Y nunca pensaré como ellos.
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