El diálogo social y todo lo que nos quieren quitar

Cuando escribo en este blog, y también en mi vida diaria, intento no ser radical en ningún pensamiento ni en ninguna idea. Creo que progreso adecuadamente en lo que a empatía se refiere, pero hay veces que cuesta una barbaridad.
Fue gran noticia de ayer la ruptura del pacto social por parte de la Patronal, que se desmarcó pidiendo unas condiciones inasumibles por parte del Gobierno. No sorprende pero molesta.
Lo peor de todo es que no es cuestión del momento o de la situación, en todo caso ésas son las excusas para conseguir recortar los derechos de los trabajadores.
Sé que hay patronos que son un ejemplo para los mismos, pero también sé que hay muchos más a los que les importa muy poco que las condiciones laborales de sus empleados sean justas.
Lo peor de todo es que la Patronal acusa a Gobierno y sindicatos de falta de ambición. Qué poca vergüenza hace falta para eso. Para ellos la ambición es el despido libre, la insolidaridad y la falta de escrúpulos. Eso pretenden ahora y eso han pretendido siempre.
Aunque no nos acordemos, la lucha de clases no ha acabado, sigue vigente. Hay que defender nuestros derechos todos los días porque si no, nos los quitan.
Las hordas conservadoras hablan ahora del escaso talante del Presidente, del radicalismo del Gobierno o hasta del exceso de beneficios de los trabajadores. Ver para creer.
Con un gobierno del PP habríamos retrocedido en derechos y cualquiera sabe hasta dónde. Por estas cosas es por las que unos y otros no somos iguales.
Ahí está la izquierda para luchar por esos logros sociales, y menos mal que está.

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