Muros

En el día de hoy, el mundo celebra el vigésimo aniversario de la caída del muro de Berlín, evidentemente es una fecha que se debe celebrar. Pero también puede ser buen día para recordar el resto de muros físicos (mentales hay más todavía) que sigue habiendo en el mundo en que vivimos.

Probablemente, el más vergonzoso de los muros es el levantado por Israel y que, hoy, unos activistas palestinos han intentado traspasar. El mismo mundo que hoy celebra la caída de un muro, da la espalda y consiente la existencia de otro. Hipocresías de este Occidente que gobierna el mundo sin freno ni control desde aquel día de 1989.

No diré yo que lo que había fuera bueno, que no lo era, pero lo que quedó después fue un capitalismo desmedido que arrasa todo lo que pilla a su paso y una izquierda que, muchas veces, no sabe dónde va.

La caída de aquel muro que tumbó la gente, digan lo que digan, significó el fin de una era y el entierro de un sueño para los comunistas de todo el mundo. A mí ese comunismo no me gustaba, creo en un socialismo (de moral comunista, decía Guevara) que debe ser la base de un sistema sin las férreas ataduras de entonces. Eso se ha de superar.

Todos juntos, derribaremos más muros.