Te he echado de menos hoy...
El genio que comparte foto con el otro genio, Antonio Vega, es Enrique Urquijo, y hoy hace diez años de que apareció muerto en el portal del número 23 de la madrileña calle del Espíritu Santo, en Malasaña.
Recuerdo perfectamente el día de su muerte. Con el paso del tiempo he aprendido a apreciar mucho más su obra, pero ya entonces sentí su muerte como una pérdida (casi personal), de esas que cambian la realidad en que vives.
Figura esencial de la movida madrileña, Enrique Urquijo nos dejó algunas de las más bellas composiciones de esa época, y probablemente, junto con las de Nacha Pop, las que mejor han envejecido. Primero Tos, luego Los Secretos, y a veces Los Problemas fueron sus bandas.
Magnífico compositor, como decía, pero también gran intérprete de canciones propias y ajenas. Su voz triste es una de las imprescindibles para cualquier melómano.
Él dejó sus canciones y, por suerte, podemos disfrutar de ellas. A eso contribuye de manera decisiva su grupo por excelencia, Los Secretos. Liderados por su hermano Álvaro, mantienen muy viva la llama de su legado.
Dicen que Enrique era buen tipo, que le encantaba la música, pero que no sabía vivir en este mundo. Nosotros, sin él, estamos peor.
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