El jarrón chino
Felipe González dijo que los expresidentes eran como jarrones chinos, que todo el mundo los aprecia, pero que es muy difícil hacerles un lugar en casa.
El otro "jarrón chino", José Mª Aznar ha sido noticia estos días por su gesto impropio y soez, y que iba dirigido a unos estudiantes que le increpaban. Se hace difícil ver a un hombre al que se le supone cierta capacidad y educación, cayendo tan bajo. Pero así es él, un chulo de los de toda la vida, se acerca tanto a su caricatura que los humoristas tendrán difícil exagerar sus gestos.
Y cómo no, su derecha, su partido, el que él sigue ordenando, sale en su defensa. Muy propio de ellos, llenos de grandes errores pero sin una sola disculpa. Se dedican a hablar de violentos, del sectarismo de los medios de comunicación públicos o a lo que sea, pero nunca dirán que sus decisiones contribuyeron a una guerra injusta o ni siquiera que el gesto de Aznar es feo.
Sus múltiples lecciones de cómo dirigir este país, llenas de mentiras e insultos, nos enseñan su lado más barriobajero, sus bravuconadas demuestran su verdadera forma de ser y actuar.
Un gesto que es, en sí mismo, un compendio de su forma de entender el mundo.
Esta vez sí que una imagen vale más que mil palabras.
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