El visitante rancio

Es éste un país de larga tradición católica, así que puedo entender que la visita del Papa arme este revuelo mediático. Puedo entender también que su visita sea alabada por muchos mandatarios políticos. Aparte del rédito turístico está el electoral, no olvidemos que la sociedad no está preparada todavía para romper con la vieja idea de la existencia de un dios. Aquí me asalta la misma duda que a Isaac Rosa: ¿Tiene la Iglesia trato de favor porque hay muchos católicos; o es al contrario y hay tantos católicos porque la Iglesia tiene trato de favor?
No critico el viaje ni el recibimiento, podríamos hablar del gasto público derivado, pero entiendo que estas cosas lo conllevan. Cierto es que la austeridad se ha visto poco, ahí se equivocan unos y otros.
Lo que más me molesta de todo esto es que ellos, los ultracatólicos, no responden igual, se les trata bien y te pagan con insultos y mentiras. La Iglesia lleva muchos siglos ganando dinero a costa del trabajo de otros, aprovechándose de la ignorancia de las gentes, tapando a delincuentes, participando en dictaduras genocidas... Ni aun así se les trata como ellos nos tratan a los demás, a los que no nos creemos sus "verdades".
Hoy, el Papa ha vuelto a decir cosas que esta sociedad ya no se cree y ha vuelto a cargar contra el progreso. De locos.
Espero que la educación y el tiempo entierren pronto esa forma de pensar.

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