El amante divaga
Acaso en el infierno el tiempo tenga
la ficción de medida que le damos
aquí, o acaso tenga aquella desmesura
de momentos preciosos en la vida.
No sé. Mas allá el tiempo, según dicen,
marcha hacia atrás, para irnos desviviendo.
Así esta historia nuestra, mía y tuya
(mejor será decir nada más mía,
aunque a tu parte queden la ocasión y el motivo,
que no es poco), otra vez viviremos
tú y yo (o viviré yo sólo)
de su fin al comienzo.
Extraño será entonces
pasar de los principios del olvido
a aquel fervor iluso, cuando todo
se animaba por ti, porque vivías,
y de ahí a la ignorancia
de ti, anterior a nuestro hallazgo.
Pero en infiernos, de ese modo,
dejaría de creer, y al mismo tiempo
la idea de paraísos desechara;
Infierno y paraíso,
¿no serán cosa nuestra, de esta vida
terrena a la que estamos hechos y es bastante?
Infierno y paraíso
los creamos aquí, con nuestros actos
donde el amor y el odio brotan juntos,
animando el vivir. Y yo no quiero
vida en la cual ya tú no tengas parte:
olvido de ti, sí, más no ignorancia tuya.
El camino que sube
y el camino que baja
uno y el mismo son; y mi deseo
es que al fin de uno y de otro,
con odio o con amor, con olvido o memoria,
tu existir esté allí, mi infierno y paraíso.
la ficción de medida que le damos
aquí, o acaso tenga aquella desmesura
de momentos preciosos en la vida.
No sé. Mas allá el tiempo, según dicen,
marcha hacia atrás, para irnos desviviendo.
Así esta historia nuestra, mía y tuya
(mejor será decir nada más mía,
aunque a tu parte queden la ocasión y el motivo,
que no es poco), otra vez viviremos
tú y yo (o viviré yo sólo)
de su fin al comienzo.
Extraño será entonces
pasar de los principios del olvido
a aquel fervor iluso, cuando todo
se animaba por ti, porque vivías,
y de ahí a la ignorancia
de ti, anterior a nuestro hallazgo.
Pero en infiernos, de ese modo,
dejaría de creer, y al mismo tiempo
la idea de paraísos desechara;
Infierno y paraíso,
¿no serán cosa nuestra, de esta vida
terrena a la que estamos hechos y es bastante?
Infierno y paraíso
los creamos aquí, con nuestros actos
donde el amor y el odio brotan juntos,
animando el vivir. Y yo no quiero
vida en la cual ya tú no tengas parte:
olvido de ti, sí, más no ignorancia tuya.
El camino que sube
y el camino que baja
uno y el mismo son; y mi deseo
es que al fin de uno y de otro,
con odio o con amor, con olvido o memoria,
tu existir esté allí, mi infierno y paraíso.
Luis Cernuda
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