Ay, Pablo...

Escribí ya por aquí que demandaba un gobierno de izquierdas. Lo demando yo, pero ¿y Pablo Iglesias? ¿Lo demanda o lo evita?
Cada una de sus propuestas podría interpretarse más como una bravuconada, cuando no una bomba al proceso, que como un acercamiento. No falta quien ve en esas acciones como un encubierto intento de imposibilitar ese gobierno de cambio con el que se le llena la boca.
En este país hay tradición de utilizar los votos de la izquierda para que gobierne la derecha, que lo haga Podemos podría ser novedad. ¿De verdad es eso lo que querían tus votantes, Pablo?
No me creeré sociólogo ni analizaré a cada votante de Podemos pero supongo que un gobierno del PP o unas nuevas elecciones son supuestos que se alejan de lo que esperaban.
El gobierno de progreso, el gobierno de los buenos, se esfuma entre la egolatría del líder que deshonra al hombre que homenajearon sus padres al bautizarle.
Ahora bien, creo mucho en las segundas oportunidades, en los cambios de opinión fructíferos, y no me resigno. Todavía creo que Pablo y sus amigos dejarán a un lado sus fanfarronadas y sumarán.
Ya se sabe, o aportas o apartas.
Reaccionad, camaradas.

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