Vivir sin permiso


Vi el primer capítulo y creí que podía funcionar... Y no.
La historia, que tenía cierto interés, se alarga hasta el exceso y, lo que es peor, se diluye de una manera irremediable.
Hay cosas buenas: los paisajes gallegos, Luis Zahera, un poco de José Coronado, esa enfermedad incipiente, Àlex Monner... Pero lo malo te hace olvidar.
Con la mitad del metraje, sin secundarios intrascendentes y con algo más de introspección, sería una serie interesante. Estoy seguro.
Lástima de los peajes...

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