La chica del tambor
Park Chan-wook vuelve a Occidente con esta miniserie y eso, en sí mismo, es una gran noticia.
Y claro, todo está bien, pero no ha conseguido engancharme como yo esperaba.
La historia, basada en la obra de Le Carré, es interesante y el reparto, en el que sobresale Florence Plugh, dota a la serie de credibilidad.
Puesta en escena y dirección son inmaculadas, como siempre con el coreano.
¿Y entonces qué falta? Quizá se hace densa, algo pesada.
Pero vamos, se disfruta.
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