30 monedas
Álex de la Iglesia entrega aquí una serie muy esperada, adictiva, con impresionantes virtudes y con un defecto capital, su final.
Un reparto en estado de gracia, con Eduard Fernández y Manolo Solo sobresaliendo, y una dirección ágil y pulida mejoran cada minuto de esta producción.
Lo sobrenatural, lo religioso y lo humano se entretejen bien, y eso era lo difícil.
Lástima que en esos dos últimos episodios se pierda una parte de lo conseguido. Es mucho más en lo cercano que en lo grandilocuente, mucho más en lo interior que lo exterior, por eso se pierde.
Pero queda lo bueno, una serie bien hecha, con terror, intriga y costumbrismo. Y esos actores, claro...
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