El francotirador

 

 

A veces me pasa que quiero que me guste una producción pero no acaba ocurriendo. He aquí otro caso. La serie trata de describir el carácter autodestructivo de una generación, una belleza mal entendida y una eterna insatisfacción. Y sí, pero no. No acabo de conectar con la historia ni me gusta especialmente el reparto, aunque le veo virtudes formales. Observo demasiadas ganas de impactar, demasiadas ideas entrelazadas de una manera muy superficial y demasiados personajes a medio construir. Quizá algo de consistencia hubiera unido los puntos. Se puede ver, claro, pero esperaba más. Ya lo siento. 

El blog sigue vivo, y ya es bastante. Sin tiempo, y a veces sin ganas, pero sigue.  La sensación de hartazgo es inmensa. Hartazgo por la pandemia, por la estupidez humana, por el egoísmo... Y escribir aquí a veces es escapatoria y otras veces, por desgracia, obligación. La vida, desde aquí, debe parecer mejor. Si no consigo eso de nada vale el esfuerzo. Hoy cambiamos la cara para generar ilusión. La mía, se entiende. Sigo siempre adelante. Un día habrá que parar, pero todavía no hoy. ¡Vamos!

El sentido de la vida, el lugar en el mundo y Jorge Perugorría. La ficción, sin llegar a ser sobresaliente, logra la reflexión del espectador y también algo de humor. Admito que esperaba de ella más especificidad, más personalidad todavía, pero lo cierto es que consigue lo que se propone. El psicoanálisis se hace hasta interesante. El reparto y el montaje lo arreglan casi todo. Correcta.

ETA lleva más de diez años muerta pero sale en cada debate. La derecha necesita de su recuerdo para que alguien les vote. Sus malolientes tejemanejes no podrían olvidarse de otro modo. Esta serie obvia todo eso, y menos mal. Nos cuenta la historia de la banda terrorista, que a la vez es la historia reciente de este país. Y lo hace bien, con diferentes puntos de vista. Qué vergüenza da ver cómo se utiliza a las víctimas de todo esto. Qué vergüenza da ver como se tergiversa la historia. La serie arroja luz, ojalá invite a la reflexión. Recomendable.

La mítica serie de Chicho Ibáñez Serrador , emitida en España a finales de los años 60, puesta al día y con esmero. Pero mejores intenciones que resultados, definitivamente. Son cuatro historias independientes, y por tanto hay mucha irregularidad. Para mí, la de Paco Plaza es la mejor de todas, donde además Adriana Torrebejano ofrece la actuación más lograda de la serie. Del resto, lo dicho, poco interés. Qué difícil es conseguir que estas series episódicas lleguen a niveles importantes. Muchas manos no garantizan el éxito, por desgracia. Falta tanto terror, tanta elipsis, tanta intriga... Vamos, que de no dormir nada...