El francotirador

 

Una de las series españolas del año habla de machismo, de la culpabilización de la víctima, de poder, de valentía y de la hipocresía de la sociedad . Y se desinfla con los capítulos, sí, pero lo hace bien. Es todo lo cruda que permite la inanidad de los gustos actuales. Y ya es algo. Emma Suárez, Itziar Ituño y Verónica Echegui comandan un certero reparto. Guion y dirección son también bondades. Urge reorganizar la escala de valores de esta humanidad cada vez más pacata y mentirosa. La imagen pública no es más que una pose y eso lo domina todo. El abismo acecha. Vedla.

"Tokyo Vice" se ve  sin sorpresas, sin alaracas, pero también con mucho gusto. Estamos ante una serie más que correcta que habla de yakuza, de poder, de crimen, de periodismo... Aunque quizá solo va de la liberación de cada uno de nosotros. El reparto, con Ansel Elgort, Ken Watanabe y Rachel Keller a la cabeza, está siempre a buen nivel. Y Michael Mann, cómo no, y el resto de directores seleccionados dirigen poniendo en liza muy buenas ideas. Japón es un atractivo en sí mismo, y el guion suma eso a la trama para hacerla más adictiva. Bien.

 

Una terapia de duelo para padres que han perdido a su pareja es la línea conductora de esta serie española. Tiene buenas ideas, sí, aunque también mucho metraje sobrante. Cierta irregularidad en las historias no quita interés al producto final. Blanca Portillo está sublime, pero el resto del reparto también es convincente. Todos pasamos por oscuridades, y reflejarlo bien es la principal fortaleza de esta ficción. Terapéutica.

El deporte de alta competición rara vez ha sido contado con pericia en cine y televisión, pero en esta serie se habla de entresijos, personas y momentos. Me gusta. El guion es su esqueleto, pero también montaje y dirección están a la altura. Los planos de los partidos son inconmensurables, además. John C. Reilly destaca en un reparto coral magnífico. Desconozco la fidelidad de los hechos representados, pero la ficción es potente. Las ambiciones, lo humano tras el mito, las casualidades que dan lugar a la historia... De todo eso va esta serie tan bien ambientada... Imprescindible.

No es que sea una obra de arte, pero al menos es adictiva y el reparto salva, en parte, los muebles. Hay inverosimilitud y el guion tiene algunos agujeros inexplicables, y de ahí parten todas las debilidades del producto final. Las fortalezas vendrían del lado de los actores y actrices, con una estupenda Irene Arcos a la cabeza, y de la ambientación. El montaje también me convence. Lo dicho, entretenida.