Aquel 2010
Hoy acaba 2010, y aunque mañana sólo será otro día, es buen momento para hacer un breve resumen, que, como ya dije el pasado año, evitaré hacer coincidir con el de los medios tradicionales.
En lo personal, todo va por buen camino, a un ritmo que puedo sobrellevar, sigo creyendo en mí y en los míos.
El mundo no es lo que nos cuenta la prensa, la realidad es otra cosa. La verdad es que los vendedores de alarmas han tenido muy fácil su trabajo este año, la gente les cree cuando las mentiras se dicen muchas veces. Tanto la derecha como su círculo más cercano (Iglesia, grupos mediáticos...) se han hecho fuertes, se ven ganadores. Los demás perdemos, como el juez Garzón. ¿O podemos evitarlo?
En lo cultural, pérdidas irreparables como la del gran Enrique Morente y mucho producto que no merece la etiqueta de "arte".
Pero también hay cosas buenas, un Gobierno que pone la responsabilidad por encima de todo y que, aun con errores, pelea desde la izquierda, las canciones que te dicen cosas, la gente que no cree en supersticiones y que, además, lo intenta inculcar, "Perdidos", asesinos condenados, los que buscan el progreso, los que no tienen miedo y el buen vino.
Fantástica cena y caricias de la persona que quiero para cambiar de año. Y optimismo, que eso no me falta.
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